domingo, 31 de julio de 2011

Día 7. Tadoussac-Forestville-Rimouski

Continúa la marcha hacia el norte. Después de una mañana contemplando y volviendo a recorrer los senderos del fabuloso pueblo de Tadoussac hemos emprendido la marcha hacia la otra orilla. Para ello hemos tenido que ir hasta Forestville y, con caminata incluida, llegar hasta el muelle del ferry que cruza el río Sant-Laurent hasta Rimouski.
El "puerto" de Rimouski, como es normal, está en la punta opuesta del hotel donde nos alojamos, con la consiguiente, otra vez, excursión con maleta. Como la llegada ha sido ya avanzada la tarde, no tenemos una idea muy clara de como es este sitio. Aunque los pueblos empiezan a mostrar una cara bastante desértica, al estilo película americana. Mañana tampoco tendremos tiempo para visitas, el autobús hacia Gaspé sale a las...... ¡6 de la mañana!
A seguir.






sábado, 30 de julio de 2011

Día 6. Tadoussac.

Segundo día en Tadoussac y hasta el momento el más espectacular del viaje. Hoy hemos ido a la búsqueda de ballenas.
La aventura consiste en disfrazarse de explorador del ártico, subirse a una zodiac y cruzar los dedos para que algún cetáceo decida sacar la aleta por donde pasamos. Y bien seguro que alguien los ha debido de tener cruzados toda la noche porque hemos visto decenas de ellas. Ha sido simplemente impresionante, incluso un grupo de 5 o 6 rorcuales comunes (la ballena más grande tras la azul) ha pasado por debajo de nuestra zodiac.
También hemos visto belugas, rorcuales minke y una ballena jorobada (de las que sacan la aleta de cola antes de la última inmersión). Sólo por esta experiencia merece la pena venir hasta aquí.

Después del éxtasis marinero, cualquier distracción sabe a poco. No obstante, las tartas del bufet donde hemos cenado han ido apagando las ganas de coger un kayac y volver a encontrarnos con ellas. Mañana... ya veremos.


Este es el vídeo que hemos podido hacer con lo que quedaba de batería en la pequeña cámara que llevábamos. Ha sido uno de los momentos más emocionantes de la salida, y ha habido muchos. No tiene ni zoom.  Lo más impresionante no se ve, ya que ha sido ver como una ballena del grupo pasaba por debajo de la zodiac de menos de 10 m en la que estábamos mientras la otra asomaba a escasos 10 metros de proa. También espectacular sentir el agua que arrojan al respirar mojando nuestra cara. En el vídeo no se aprecia lo increíblemente cerca que estaban, tan solo puede hacerse una idea en el momento que aparecen las personas como referencia fija.







viernes, 29 de julio de 2011

Día 5. Québec - Tadoussac

Abandonamos el paraíso del bed and breakfast de Quebec y en la estación de autobuses metropolitanos nos encontramos a las chicas de Oro, Dorothy y su hermana, literalmente. Dos hermanas estadounidenses que entre las dos deben sumar unos 200 años que llevan viajando por la costa este desde hace un par de meses en autocaravana. Y lo mejor del caso que es que aún tienen que llegar de vuelta a Florida donde vive una de ellas (la otra tiene que seguir ir hasta Arizona... juventud divino tesoro!)

Bus camino a Tadoussac, uno de los primeros lugares donde los franceses se aposentaron, y... justo cuando nos preparamos para llegar... ¡sorpresa! La carretera acaba en el agua, justo en un muelle de donde zarpan ferries para cruzar al otro lado. Espectacular.

Al fín llegamos a destino y tras acomodarnos en otro B&B (que está bien, aunque tiene detalles como que la habitación está ambientada en el mundo aborigen de estas tierras... sí, sí hoy dormiremos con un cuadro de 4 indios en el cabecero y con un atrapasueños gigante.

Después de dejar el tipi cheroqui, metimos lo pies en el agua., Tadoussac está en la orilla del río Sant-Laurent, y resulta que ésta es... semisalada (di un sorbito para constatar...) debido a la cantidad de agua dulce que llega a esta zona.

Caminito costero y parada para otear el horizonte. Hemos avistado ballenas!!!! Sí, sí! Es una sensación parecida a cuando te encuentras un conejito o una ardilla por el bosque, pero en mar y a lo grande! Por lo visto vienen a esta zona porque la condiciones de mar-río favorece la creación de krill y plancton con lo que se pegan un festín de miedo. No en vano la mayoría de turistas que vienen hasta aquí es por la atracción que supone ver ballenas, y otros cetáceos, incluso desde la orilla.
Y mañana más...












jueves, 28 de julio de 2011

Día 4. Québec.

Hoy ha tocado la visita al Viejo Québec. Una ciudad que seguramente no tiene similitud a ninguna otra en Norteamérica. Bien podría estar en la Bretaña o Normandía, casas de piedra, flores en las ventanas, bistros por todos sitios, artistas callejeros...
Lo que la diferencia es su historia y que está a más de 7000 km de Europa. Aquí es donde tuvieron lugar algunas de las más importantes batallas entre franceses y ingleses por dominar la región (a los indios ni les preguntaron, por supuesto) y con los siglos fue acumulando una historia que dificilmente se puede encontrar en Norteamérica.
El Viejo Québec es idílico, todo está bien puesto y presentado. Un perfecto escenario para caminar hasta que las piernas se niegan a subir otra cuesta... y entonces te sientas y observas el inmenso río Sant Laurent.
El único pero, es que al final del día éramos ya demasiados los turistas. Sobretodo los pertenecientes a rebaños de visitas guiadas con cabecillas que llevan paraguas raros. Lo respeto, pero no puedo entender que se pague por eso.
Mañana toca seguir subiendo hacia el norte, a Tadoussac.













Notas:

1. Para los que quieran alucinar con un B&B, éste es en el que hemos estado http://www.giteauboisjoli.com/ (chambre 1). La cama King significa, al menos aquí, ¡2m de ancho!

miércoles, 27 de julio de 2011

Día 3. Montreal-Québec.

Mañana de 'vuelteo' por Montreal. Hemos ido a las carpas del 'Cirque du Soleil' para comprar entradas, pero estaban cerradas. Pero lo peor del caso es que el espectáculo de Totem acaba este 31 de julio,así que o prorrogan o nuestro gozo en un pozo. Pero no importa porque caminando por Montreal se olvida pronto. Así puedes descubrir la vida que deben de hacer en invierno refugiados en grandes galerías o contemplar la imagen curiosa de dos semi-punk conversando animadamente con una viejecita a la puerta de una iglesia.
Llegamos a la ciudad de Québec y una de las primeras sorpresas del día, el B&B donde estamos no es precisamente céntrico. Así que hemos ido desde la estación de tren que está junto al casco Viejo hasta un barrio que está a unos 15 min en bus. ¿Mala suerte? ¡Ni mucho menos! La casa es literalmente espectacular y la bañera de burbujas del lavabo es soberbia. La zona llena de casas dentro de campos de césped y flores y además una pequeña calle repleta de lugares donde al fin comer bien. Sin turistas. Todo quebecois! Va a ser difícil que el antiguo Québec mejore lo presente y no queramos volvernos a media mañana a OKUPAR el recinto.






Por cierto, llueve tanto que los champiñones los cortan a sierra...


Finalmente, dedicado a un@ de nuestr@s seguidores...

Au revoire!

martes, 26 de julio de 2011

Día 2. Montreal.

Con todo un día por delante hemos comenzado a explorar Montreal, la ciudad más grande la región de Québec. Y aquí van las primeras sensaciones:
- El ritmo de la ciudad es tremendamente pausado para lo que podría ser por su tamaño (3,5 millones de habitantes). Eso no quita que en esta época del año se sucedan los festivales de todo tipo (circo, música, cine, etc...) y haya "vidilla" en sitios concretos.
- Es bien cierto que ésta es la provincia francofona de Canadá. Todas las personas que se han dirigido a nosotros hoy, lo han hecho en francés. Los carteles, el transporte, las tiendas... todo. Eso sí, el inglés como si hubieran nacido en Cambridge.
- No es difícil que todo lo que no es cemento sea verde, hay vegetación por todos lados. Y no es de extrañar. Hoy hemos sufrido el diluvión más tropical que ha habido en estas latitudes. Eso sí, la gente seguía en bicicleta, corriendo... Y nosotros intentando refugiarnos debajo de todo lo que sobresalía, se nota de donde venimos. Ha tocado vuelta al hotel.

Por lo demás, una ciudad muy agradable en esta época del año. En invierno...







Hemos cenado una de las comidas típicas quebecois: la Putine. Aunque yo más bien diría la putad... Bufff... Me explico: es una bomba calórica, imagino que imprescindible para soportar los rigores del duro invierno canadiense (de hecho deben tardar todo el invierno en digerirlo!!) La receta es sencilla, un cuenco repletito de patatas fritas con una salsa de carne espesa y contundente, trozos de salchichas y queso ahumado. Vaya que va directamente del plato a la arteria. Eso sí pasando por un momento "se me ha pegado a la traquea", necesito una sal de frutas XXL. Jesús tiene mejor estómago, pero tengo que reconocer que casi acaba conmigo...
Superado el trago digestivo, volveremos a las ensaladas, que hay que decir que por aquí están bien ricas. Las verduras tienen sabor, cosa difícil de conseguir en otras latitudes.

lunes, 25 de julio de 2011

Día 1. Llegada a Montreal

Después de un "corto" trayecto en el avionazo más grande del mundo (inmenso el A380), por fin hemos llegado a Canadá.
Y como era de rigor, fresco y lluvia. El día no ha dado para mucho más que una vuelta por los alrededores del hotel, el Quartier Latin de Montreal, y a descansar que mañana empieza lo interesante y podremos poner fotos y demás.

Comienza una nueva ruta.

Empezamos una nueva ruta. Esta vez por Canadá, en la provincia de Quebec. Durante un par de semanas vamos a ir remontando el curso del río San Lorenzo para llegar hasta la ciudad de Gaspé, en la península del mismo nombre.
Después unos pequeños saltos hasta, para recuperarnos de tanta naturaleza, finalizar el trayecto en la relajante NY.
Iremos contando...