viernes, 5 de agosto de 2011

Día 12 y 13. Gaspé - Montreal

El tren de Gaspé a Montreal es uno de los clásicos en Canadá. Hay tres a la semana. Una locomotora de gasoil lleva unos cuantos vagones de los que brillan por fuera, como si fueran de aluminio pulido. El trayecto son unos 1100 km, la mayoría de vía única y gran parte literalmente junto a la orilla del mar. Durante la parte inicial del trayecto hay tramos en los que se puede ir andando (o al trotecillo, vamos) junto al tren. Parece un tren turístico.
Pues bién, ¡en ese tren hemos estado 19 horas! Desde las 15:30 del día 4 a las 11:00 del día 5. Nuestro record ferroviario. La verdad es que la primera parte, hasta que oscurece, el paisaje son continuas postales, pero claro, llega la noche y aquello se convierte en butacas ligeramente reclinables sobre las que se debe intentar descansar mientras la absoluta oscuridad está fuera y ya no queda nada que ver (aunque la observación de la fauna interna muchas veces hace que el trayecto se convierta en un espectáculo entretenido). Si sumas que antes de las cinco ya amanece en esta región de Canadá, el resultado es que de descanso más bien poco y el día posterior es de los duros.
Pero como en los viajes no puede haber excusas hemos estado descubriendo zonas de Montreal que no habíamos visto: la zona olímpica, el circuito urbano de F1 que como está cerrado al tráfico es utilizado por los ciclistas y patinadores, la calle St Denis (la más importante del Quartier Latin), castores y ardillas en los parques, unos circuitos de esquí nórdico para el invierno...  y los makis, zanahorias y hummus de un supermercado cercano que han sido nuestra cena en la habitación del hotel. Un lujazo.
Mañana más.














3 comentarios:

  1. Bueno, la cena ha sido como una vuelta al mundo en 4 platos, no??? ;) Besitos.

    ResponderEliminar
  2. Mare meva... sense paraules! Vaig a per un Red Bull... i quin sopar tan fantàstic! Amb tants colorins! I el text un 10! Quina transparència! Un tandem fantàstic!

    ResponderEliminar
  3. La cena tiene su historia, nació en un super buscando jarabe de arce. Me parece que es la única en la que no combinábamos algo con pan en unos cuantos días. Y es que por aquí comer algo que no sea fast-food es muy caro para mantenerlo tantos días. No sé ni como tuvimos paciencia para hacerle la foto. No duró ni el tiempo de lavarse las manos.

    ResponderEliminar